Otoño es la mejor estación para ver este enigmático documental llamado «La luz, la oscuridad y los colores» realizado en 1993 por Henrik Boëtius, Marie Louise Lauridsen y Marie Louise Lefèvre. Trata sobre las vívidas reflexiones en el estudio del color que desarrolló Johann Wolfgang von Goethe a principios del siglo XIX. Entre otras observaciones Goethe hila y avanza los experimentos de refractar luz a través de un prisma iniciados por Newton correspondiendo los resultados a la realidad del paisaje.

Goethe sentía los colores, para él nos afectan en cuerpo, mente y alma. Creía que esta percepción sensorial nos conecta con la realidad y con nosotros mism@s. «El ambiente y la experiencia que se vive en un parque cambia de acuerdo a la distribución de luz y oscuridad.» Asumía que en el origen del color y en la creación de imágenes era imprescindible la convivencia entre la luz y la oscuridad, inseparables como también lo son materia (asociada a la luz) y espacio (vinculado a la oscuridad). Goethe afirmaba que por sí misma la luz es invisible y sólo se hace visible cuando se topa contra algo.

Llega también a explicar fenómenos visuales como los tonos y degradados asombrosos de los amaneceres y atardeceres o por qué vemos el cielo más o menos azul. Entre otras nuevas percepciones aportó tres colores nuevos a los descubiertos por Newton. Podría decirse que éste último había explorado el color desde una concepción meramente teórica y Goethe desde una dinámica. En la naturaleza, en los experimentos con el prisma y en los fenómenos celestiales vio como los colores nacen, culminan y mueren.

«El oído es mudo, la boca es sorda; pero el ojo percibe y habla. En él se refleja, desde el exterior, el mundo y, desde el interior, el hombre»

Johann Wolfgang von Goethe

 

// La imagen que ilustra esta entrada es un fotograma del documental //