El perfeccionismo bloquea el fluir creativo y vital

Para las tardes más tranquilas… recomiendo este libro de la psicoanalista Marion Woodman. Trata desde un punto de vista diferente el origen y tratamiento de las adicciones y actos compulsivos. En una búsqueda de perfección aniquilante muy propia de nuestros días nos hemos ido alejando de nuestro cuerpo animal (que habla el lenguaje del inconsciente) forzándonos en exceso en un determinado aspecto. Se produce una descompensación entre el cuerpo poco atendido (falta de escucha del yo primitivo) y la mente (actividad intelectual muy amenudo sobreactivada). Es entonces cuando aparece la adicción como calmante, como acto reflejo que pueda silenciar (a base «de palos») mucha de esa energía reprimida. Entendiendo dicha emoción como lenguaje del subconsciente que no hemos sabido escuchar ni dar lugar al vivir enmascarad@s de nuestras verdaderas necesidades y planos. Podría expresarse como si el cuerpo y sus tensiones se rebelaran contra la propia persona en un momento de agotamiento diciendo «ya no puedo más, ahora mando yo».

Es significativo como Woodman comparte en el libro muchos de los poemas y sueños de sus pacientes y pinturas históricas que representan determinados arquetipos femeninos. Se ve como el arte y los mensajes del inconsciente originados en terreno onírico sirven de puente para conectarnos con ese otro lado olvidado y poder sanar.

A su vez, de manera muy reveladora, relata y pone de manifiesto su propio proceso creativo al escribir el libro y cómo tiene que esforzarse por sobreponerse a determinadas «fuerzas» perfeccionistas para las que nunca era suficientemente bueno. A través de esas voces le era imposible fluir y revisaba una y otra vez lo escrito… Digamos que a pesar de su profesionalidad también era víctima de esa energía destructiva muy arraigada de la que trata su propio libro.